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La Diputación de Badajoz apuesta por darle un uso comercial, cultural y turístico al antiguo Hospital Provincial

Se proponen tres fases que abrirán el edificio al público con mercado, zona gourmet, Escuela de Idiomas, centro de investigación y apartamentos.

El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, junto al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso Martínez, y los arquitectos Julián Prieto, Daniel Jiménez y Jaime Olivera, que forman parte del equipo técnico que ha redactado el proyecto, han asistido esta tarde, entre otras autoridades y ciudadanos de la ciudad, a la presentación pública del Plan Director del Hospital de San Sebastián.

 

Este Plan contiene el análisis de la realidad física de este edificio histórico, diseñado por Diego de Villanueva, e incorpora también algunas sugerencias de uso tras la rehabilitación a que deberá ser sometido. La Diputación de Badajoz gestiona el edificio, del siglo XVII,   desde 1868 con servicios de beneficencia y hospital para pobres, entre otras funciones. Como hospital ha estado funcionando en la ciudad de Badajoz hasta el año 2003.

La Diputación de Badajoz desea la puesta en uso de este edificio, determinante en la configuración del tejido urbano de la ciudad y que se encuentra sin actividad desde hace años. Se espera que el proyecto venga precedido de un proceso participativo de la ciudadanía que permita instalar en él los servicios que resulten más útiles para la provincia y la capital pacense. 

Miguel Ángel Gallardo ha anunciado en su intervención ante el numeroso público que llenaba el claustro del Hospital que “la Diputación no trae solo una propuesta que genere expectativas, ya que la mejor forma es comprometerse con el presupuesto de la institución. Por eso anuncio que en la sesión plenaria del próximo martes se va a aprobar una partida de 500.000 euros, complementados con otros 500.000 en 2017”. Este montante servirá para abrir las galerías del edificio para su integración en la ciudad.

Gallardo, además, se ha mostrado favorable a abrir una perspectiva participativa y no impositiva para “integrar en el Plan aquellas ideas que mejoren el proyecto”.

“No queremos un edificio público más sino un espacio donde entre la iniciativa privada para mejorar la economía de la ciudad y, por ende, de la provincia, con el objetivo de ayudar a equilibrar lo urbano y lo rural”, destacó el presidente provincial.

En otro momento se ha referido al objetivo esencial del Plan, que no es otro que “respetar la identidad del edificio y aprovechar su enclave entre el casco histórico y el comercio minorista del centro que sirva para el desarrollo económico”.

La sensación de estar en el comienzo de la solución de un problema, rescatando este extraordinario edificio para la ciudad, ha sido otra de las declaraciones de Gallardo.

También se ha dirigido al público el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso, manifestando que estamos ante el edificio civil más importante de Badajoz, por lo que “hay que agradecer que la Diputación coja el toro por los cuernos y que sea cual sea el resultado final, el edificio vuelva a abrirse para el disfrute de la capital pacense”.

Para terminar el turno de intervenciones, el presidente de la Junta de Extremadura se ha postulado a favor de lo que ha llamado “una apuesta valiente, contemporánea, que no busca solo llenar el edificio sino recuperarlo para la ciudad con un uso público-privado”.

Fernández Vara ha remarcado que no se puede permitir que este proyecto quede en desilusión. “Ahora toca trabajar y definir de forma más concreta el uso que se le va a dar al antiguo Hospital”, añadió.

Objetivos del Plan Director

El edificio cuenta con una superficie construida cercana a los 24.000   m² repartidos en cuatro plantas y sótano. Está situado en el centro de la ciudad con uno de los mejores claustros de Badajoz oculto en su masa. Este Plan Director pretende la recuperación del antiguo Hospital, planteando las acciones que deben realizarse para su adecuación urbana y puesta en actividad, basando las futuras intervenciones en dos planteamientos esenciales: el entendimiento del Hospital como espacio urbano y la consideración del programa funcional como documento de trabajo.

Así, la primera acción prevista permitirá a la ciudad atravesar el edificio, convirtiendo patios en plazas y claustros en pasajes. En segundo lugar, y frente a usos unívocos como hotel, residencia o centro educativo, habitualmente planteados, se propone un conglomerado de funciones en el edificio, de forma que su espacio esté siempre activo las 24 horas del día durante todo el año.

Son dos usos locomotora que comenzarán la activación del Hospital: un mercado gourmet, asociado a un mercado de abastos, y un área de restauración hacia la plaza de San Atón, y la reubicación de la Escuela Oficial de Idiomas, aumentadas sus instalaciones con una zona de investigación con acceso desde la calle Manuel Fernández Megías. A estos espacios se añadirán otros usos recogidos en las sugerencias de los ciudadanos de Badajoz. Para ello se organizarán las correspondientes jornadas y mesas de diálogo, así como las necesidades de la ciudad que participen del espíritu público del edificio.

Consideran los arquitectos que “se trata de una propuesta anacrónica y futurible, contemporánea, un proceso abierto construido con alternativas y flexibilidades. Con el esfuerzo y el ánimo de cambiarlo todo para que todo sigue igual”. Continúan diciendo que “la belleza de lo indeterminado y de lo posible se consigue a partir de una atención extremadamente precisa y meticulosa exigida en la composición de cada imagen”.

Desarrollo del Plan Director en fases

La puesta en valor y uso del Hospital de San Sebastián se basa en una estrategia de autogeneración de iniciativas y sinergias, por lo que las acciones propuestas se realizarán en diferentes fases que permitirán la adecuación de los usos a las situaciones reales generadas.

En este sentido la primera acción pretende abrir el edificio a la ciudad, hacerlo permeable y reconocible, convirtiendo sus pasillos en calles y sus patios en plazas. Esta urbanización del edificio pasa por adecuar sus infraestructuras haciéndolas flexibles, capaces de soportar los distintos usos que recibirá el inmueble una vez convertido en ciudad. El calendario de fases, de acciones de bajo presupuesto y fácil gestión, permitirá que la inercia del complejo asuma inversiones mayores, propiciadas por los diferentes destinos de sus paquetes funcionales.

La primera fase engloba cuatro acciones básicas. La primera contempla abrir el edificio al público, que podrá recorrerlo como se recorren pasajes urbanos. La segunda propone la recuperación del patio del antiguo Convento de las Descalzas, demoliendo la cubierta que lo cierra así como la estructura claustral original, abriendo las galerías hoy cerradas. En tercer lugar se eliminarán trasdosados y falsos techos que ocultan los paramentos originales del edificio, su estructura y bóvedas para recuperar la esencia original . En la cuarta fase se proyecta una galería de suelo que recorrerá las zonas comunes del Hospital, permitiendo la puesta en uso de dichos espacios.

La superficie de recorrido público será de 1.587 m², los núcleos de comunicación vertical ocupan 174 m² y las zonas destinadas a aseos serán de 62 m².

Respecto a los usos, en la planta baja se propone un equipamiento comercial y restauración en torno a los claustros principales y de cara a las plazas de San Atón y Minayo, incluso con la posibilidad de alojar un uso híbrido del tipo “mercado gourmet”. Para las zonas de las calles Manuel Fernández Megías y Sor Agustina se propone el uso como “mercado de abastos” o “mercado de barrio”.

La fase dos comprenderá las acciones sobre la planta sótano, destinada a aparcamiento y zona de almacenaje e instalaciones. En la planta primera, con un esquema similar a la planta baja, se construirá un “suelo público” que permite disponer de un conjunto de paquetes funcionales para su puesta en valor.

La superficie del recorrido público será de 853 m², los núcleos de comunicación vertical ocupan 265 m² en la planta primera y 70 m² en el sótano, y los aseos serán de 87 m².

Respecto a los usos, en la planta primera se proponen un centro y locales comerciales, otro de restauración con bar, restaurante, cafetería y salones de eventos, y otro espacio administrativo con coworking (trabajo en cooperación) y semillero de empresas en el área en torno a los claustros principales.

En la zona de ampliación del edificio de los años ochenta se describen dos usos alternativos: la ubicación en las plantas primera y segunda de la Escuela Oficial de Idiomas, con accesos independientes y autonomía del resto del edificio, o en ese mismo espacio de unos 3.500 m², la Escuela de Artes y Oficios.

La tercera fase se desarrollará en las plantas segunda y tercera, permitiendo que el edificio pueda estar en uso prácticamente completo en un periodo de tres años. Aquí, el recorrido público será de 455 m² en la segunda planta y de 670 m² en la tercera; los núcleos de comunicación vertical ocuparán 265 m² y 183 m² respectivamente, y las zonas de aseos medirán 84 m² y 92 m².

Además, se planea la ubicación de una sede institucional que dote de carácter público al edificio, ya sea el Instituto de Arquitectura y Patrimonio (entidad de futura creación) o la sede de la Biblioteca Regional de Extremadura, actualmente en la Alcazaba pacense. A cualquiera de estas entidades se sumaría un espacio destinado a centro de investigación vinculado a estudios extremeños en arquitectura y patrimonio en el primer supuesto, o a biblioteca en el segundo.

En la última planta se propone un uso estancial con unidades de apartamentos turísticos en régimen de alquiler y residencia de investigadores para profesores vinculados a la sede cultural implantada y a la Universidad, con la que se podría firmar un convenio.

(Fuente: Diputación de Badajoz).

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